lunes, 26 de octubre de 2015

Mis poemas preferidos: "Si el hombre pudiera decir lo que ama", Luis Cernuda.

“Si el hombre pudiera decir''


Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derraman,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pidiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo,
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo,
Yo sería aquel que imaginaba;
Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad el amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero porque no he vivido.


Luis Cernuda


sábado, 10 de octubre de 2015

Reseña: "El elogio de la sombra" de Tanizaki.

Siempre que sale a relucir Japón en alguna conversación mantengo que, a mi juicio, los japoneses constituyen una raza superior. Esa fue mi percepción cuando recorrí el país nipón hace unos años. Me acompañó la sensación de estar frente a una civilización con una estética y unos códigos de honor absolutamente genuinos, distintos a todo lo que había conocido. Esa sensación, casi diez años después, no me ha abandonado.

Este breve y delicioso ensayo, que constituye tal y como anuncia su título un elogio a la sombra, me ofrece nuevamente razones para mantener mi tesis sobre Japón y los japoneses. Incluso el hecho de haberse mantenido aislados del mundo durante siglos, acrecienta la idea del afán por preservar unos usos y costumbres superiores.  De alguna manera las grandes potencias mundiales forzaron a Japón a modernizarse (modernización, por cierto, ejecutada en un tiempo récord); pero la lectura de este libro me hace pensar que hay algunos que todavía se resienten de haber sucumbido a la concepción del progreso occidental. 

El autor, Junichiro Tanizaki,  inicia el ensayo ( publicado en 1933) enumerando todas las calamidades que un amante de la arquitectura se encontraría para construir una casa al más puro estilo japonés; poniendo de manifiesto hasta que punto la funcionalidad tecnológica occidental- sobre todo la electricidad- habrían transformado la estética tradicional japonesa.

La luz está indisolublemente unida al ideal de belleza occidental y sin embargo, para la estética tradicional japonesa lo esencial es captar el enigma de la sombra. Lo explícito -la claridad- frente a lo sugestivo, lo sutil. Dos formas opuestas de entender el mundo que nos rodea.

La predilección de los japoneses por el lacado o el oro no resulta caprichosa sino que atiende a la capacidad reflectora de estos materiales en lugares donde reina la penumbra. El propio uso del papel en el shoji ( puerta tradicional en la arquitectura japonesa) tiene la doble función de salvaguardar la  intimidad doméstica de los indiscretos ojos de extraños y de modular la violencia de la luz. Es esa luz indirecta y difusa lo que compone el elemento esencial de la belleza de las residencias japonesas y la que orquesta la distribución de los espacios .

 Tanizaki sostiene, no sin poca razón, que la belleza pierde toda fascinación e incluso  su propia existencia cuando se le suprimen los efectos de la sombra.  Desmenuza esa tendencia de los orientales de buscar lo bello en lo oscuro ,profundiza en cuanto a su origen y la diferencia con el gusto occidental tan obsesionado con la claridad. La respuesta es sorprendente.

Es una de esas -no tan frecuentes lecturas- que enriquecen, que nos hacen sino entender mejor el mundo (imposible tarea) al menos percibir toda esa belleza que a menudo nos es inadvertida. Una recomendación infalible.







martes, 6 de octubre de 2015

Exposiciones que no te puedes perder en el mes de Octubre

Las exposiciones que no me quiero perder este mes:



  1. Edvard Munch. Arquetipos. Museo Thyssen, Madrid, del 6 de Octubre hasta el 17 de Enero de 2016. 













2. Bonnard. Fundación Mapfre. Madrid. Hasta el 16 de Enero de 2016.










3. Ahora es el momento. Basquiat. Museo Guggenheim. Bilbao. Últimos días... acaba el 1 de noviembre. 

sábado, 3 de octubre de 2015

Mis poemas preferidos: "Qué alegria vivir" de Pedro Salinas

Qué alegría, vivir



Qué alegria, vivir 
sintiéndose vivido.
Rendirse
a la gran certidumbre, oscuramente,
de que otro ser, fuera de mí, muy lejos,
me está viviendo.
Que cuando los espejos, los espías,
azogues, almas cortas, aseguran
que estoy aquí, yo, inmóvil,
con los ojos cerrados y los labios,
negándome al amor
de la luz, de la flor y de los nombres,
la verdad trasvisible es que camino
sin mis pasos, con otros,
allá lejos, y allí
estoy besando flores, luces, hablo.
Que hay otro ser por el que miro el mundo
porque me está queriendo con sus ojos.
Que hay otra voz con la que digo cosas
no sospechadas por mi gran silencio;
y es que también me quiere con su voz.
La vida -¡qué transporte ya!- ignorancia
de lo que son mis actos, que ella hace,
en que ella vive, doble, suya y mía.
y cuando ella me hable
de un cielo oscuro, de un paisaje blanco,
recordaré
estrellas que no vi, que ella miraba,
y nieve que nevaba allá en su cielo.
Con la extraña delicia de acordarse
de haber tocado lo que no toqué
sino con esas manos que no alcanzo
a coger con las mías, tan distantes.
Y todo enajenado podrá el cuerpo
descansar, quieto, muerto ya. Morirse
en la alta confianza
de que este vivir mío no era sólo
mi vivir: era el nuestro. Y que me vive
otro ser por detrás de la no muerte.
Pedro Salinas 
(La Voz a tí debida)





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