No sé muy bien cómo voy a enfocar esta crónica sin el temor de que Luis Alberto al leerla pueda temer que lo secuestre.
Últimamente no hacen más que decirme que tengo que modernizar mi club de lectura, yo no creo que haya alguien más moderno que Luis Alberto de Cuenca. Si no que le pregunten a Loquillo por su disco " Su nombre era el de todas las mujeres".
Es muy difícil hacer una presentación de nuestro último invitado. Es difícil por falta de espacio para enumerar todas las ocupaciones, cargos y maestrías que acumula . Es poeta, ensayista, filólogo, afamado traductor, Académico de la Real Academia de la Historia, letrista musical,
Cowboy de Medianoche ( junto a Luis Herrero y Garci) ... y no sigo porque la entrada de este post tiene que acabar algún día. Su imagen de dandi, su bibliopatía y el amor por los cómics clásicos y el genero épico terminan de perfilar a este personaje "premoderno". Aunque quizá sea él mismo el que mejor se define , a través de su obra, como:
Un helenista de saberes pretéritos , enganchado al tormento de la curiosidad.
Su poesía es "transculturalista", en ella,
lo trascendente se codea con lo cotidiano y la cultura popular se mezcla con la literaria. Si encima consigues leer sus poemas en el momento vital idóneo, corres el riesgo de convertirlo en tu propio gurú.
Habíamos leído para la reunión su
Cuaderno de Vacaciones ( Visor Libros 2014), y tras mi balbuciente presentación ( culpa del miedo escénico y mi condición de groupie oficial) , comenzamos a hablar directamente de su libro, de su obra y de la
Poesía.
Bien sabe esa
inmensa minoría, a la que se dirigía Juan Ramón Jimenez, que la emoción es esencial en la poesía. Además, tal y como expuso nuestro invitado, debe buscarse siempre la música y el ritmo en ella. No por casualidad la poesía fue cantada en sus orígenes.
Incidió , en alusión a su poema titulado " Claridad", en que la poesía debe ser clara e inteligible. Que debe aspirar a reflejar los anhelos, angustias y emociones reales de las personas. A menudo he experimentado leyendo a Luis Alberto esa emoción intensa que proporciona tomar prestada
la voz del poeta. Ese préstamo que consigue la exaltación de la propia existencia. La fuerza de la palabra.
Escuchamos, con extremo deleite,y de su propia voz "
Political Incorrectness", "La otra noche, después de la movida", " Cuando pienso en los viejos amigos" ; Alicia Mariño, su mujer, nos recitó
"Para Sonia" y "Eva Presente" . Fue tremendamente conmovedor.
Citó como sus influencias poéticas a Whitman,Mallarmé, Verlaine, Lope de Vega, la antología Palatina, Becquer, Ruben Dario, JRJ, Antonio Machado o Juan Eduardo Cirlot. A mi pregunta de cuál le resultaba su poema más redondo, me contestó que " La Malcasada".
La recta final de la reunión fue un cruce de referencias entre Luis Alberto y Enrique, uno de los asistentes, en las que se citaron decenas de títulos de cómics y de literatura de fantasía épica. Ahí reconozco que no fui capaz de seguirles.
Cuando Luis Alberto nos anunció que daba por terminada la reunión, casi se me escapa un "noooooo", me contuve... podríamos haber estado escuchándole declamar versos o hablar de cine o literatura hasta las claras del día.
Prometió volver a
visitarnos… se nos va a hacer larga la espera.