Picasso en el taller es
un tema muy concreto y acotado de la obra picassiana pero que nos sirve para
ver un poco el conjunto de lo que fue desarrollando. Se podrían hacer infinitas
exposiciones sobre Picasso: Picasso y sus mujeres, Picasso y sus amigos,
Picasso y sus ciudades, Picasso y sus etapas, Picasso y sus temáticas...incluso
en Londres hubo una de Picasso en Reino Unido.
Aquí vemos la relación
del genio con su estudio. En las obras de esta exposición Picasso habla de
sí mismo y de su obra, de su lugar de trabajo. El laboratorio de creación era
para él un tema importante sobre el que reflexionar. Los talleres, entendidos no sólo como lugar de
trabajo, sino también donde se desarrolla la creatividad, son un tema
fundamental en la obra picassiana. Unas veces, puede ser su propia vivienda y,
otras, la casa de un amigo o, incluso, la habitación de un hotel. Llenos de
recuerdos, obras de arte, fotos de familiares y amigos, estos escenarios nos
acercan al devenir diario del artista y a su obra. Se convierten en “paisajes interiores” –tal como
él mismo los llamaba–, en recintos sagrados que representan la crónica de sus
variaciones estilísticas e iconográficas.
Comisariado por María
Ocaña, reúne cerca de 80 lienzos, 70 dibujos y grabados, 26 fotografías,
cerámica y una decena de paletas del artista que permiten apreciar el modo en
que el taller de Picasso se convierte en el centro sobre el que gravita toda su
creación, el lugar en el que se entrelaza su arte y su vida.
Las obras provienen de 30
prestigiosas colecciones públicas y de colecciones particulares que se han mostrado
en muy pocas ocasiones al público, por lo que la exposición constituye una
oportunidad única para apreciarlas.
Hace hincapié en los
diversos estudios en los que fueron realizadas. Le Bateau Lavoir, los
‘boulevards’ de Clichy y Raspail, Montrouge, La Boétie, Boisgeloup o La
Calofornie son sólo algunos de los sitios en los que Picasso dio rienda suelta
a su creatividad.
El recorrido comienza con
el famoso Autorretrato con paleta, de 1906 (Philadelphia Museum of Art),
y finaliza con el también autorretrato Hombre en el taburete, de 1969,
presentado por única vez en la primera exposición del Palais des Papes de Avignon
en 1970. Entre ambas obras, en las que Picasso se autorrepresenta como pintor y
mirando fijamente al espectador, transcurren más de 60 años de su vida
artística en los que el artista trabaja en diferentes estudios (Le
Bateau-Lavoir, Boulevard de Clichy, Boulevard Raspail, La Boétie, Boisgeloup,
La Californie y, finalmente, Mougins). Se representa como se han representado
sus admirados predecesores. Con la paleta (Velázquez, Goya, etc.) y en un
taburete, Cezanne. En todos ellos el taller deviene, al mismo tiempo, espacio
de experimentación y motor de reflexión sobre el ritual y el trabajo del
artista en la tradición pictórica.
Autorretrato con paleta, de 1906 (Philadelphia Museum of Art), es del
mismo año que Las señoritas de Avignon
y el Retrato de Gertrude Stein fue
pintado al regresar de Gósol donde pasó un verano. En Gósol se revitaliza con
la fuerza mediterránea y la belleza de su compañera Fernande
Olivier. Es un punto final de la etapa
rosa y hay una ruptura con la ley tradicional de proporción que anuncian
una verdadera conmoción estética. Es el mismo año de la retrospectiva de
Cézanne y también de Gaugin. Color como soporte de la forma. Picasso le
dijo a Matisse: “Yo domino el dibujo y busco el color; tú dominas el color y
buscas el dibujo”. Matisse se rió de él y juró hundirle cuando vio Las
señoritas… porque consideraba el cuadro una burla.
Como casi nadie entiende Las señoritas de Avignon y su relación
con Fernande va de mal en peor, Picasso entra en un estado de ánimo bajo, pero
no cede. No quiere escandalizar sino crear un lenguaje basado en
contradicciones para romper convenciones en lo clásico y en la belleza.
Encuentra dos aliados que son André Derain y Georges Braque que habían
comprendido que la representación objetiva no tenía salida. No se trata de un
ismo más, sino de la ruptura definitiva con la pintura tradicional. Se adopta
así la llamada «perspectiva múltiple»: se representan todas las partes de un
objeto en un mismo plano. La representación del mundo pasaba a no tener ningún
compromiso con la apariencia de las cosas desde un punto de vista determinado,
sino con lo que se sabe de ellas. Máscaras africanas. Braque aporta entusiasmo
por Cézanne y Derain por las máscaras africanas y el arte primitivo.
El taller: espacio de experimentación.
El cubismo marca un punto
de inflexión en la evolución del artista malagueño, a través del cual muestra
su orientación más abstracta. En 1909
trabaja en un taller en Montmartre y ya es cada vez más reconocido. En 1912
comienza a introducir objetos reales en sus composiciones, ya en el periodo de
cubismo sintético.
Naturaleza muerta con calavera (1907-1908). Muy afectado por el suicidio de un
pintor alemán amigo suyo al que se lo dedica.
A partir de 1906-1907 se desarrolla el cubismo
en distintas fases, lentamente aparece el cubismo analítico que en
1909 ya es un hecho y que en 1910 da paso al cubismo hermético cerrando
cada vez más la paleta de color y la descomposición de las formas. Llegan casi
a la abstracción pero se resisten. Por ello se inclina hacia el cubismo sintético
(con la colaboración de Juan Gris) en los siguientes años y en ese intervalo
introduce objetos reales en sus cuadros dándoles un formato también nuevo: ha
nacido el collage. El color es más rico que en la fase anterior. Estas
obras sintéticas son más simples, más sencillas de entender en cuanto a que son
más figurativas, se ve claramente lo que se pretende representar. Los objetos
ya no se reducen a volúmenes y planos expuestos en diversas perspectivas hasta
ser irreconocibles, sino que se reducen a sus atributos esenciales, a
aquello que los caracteriza de manera inequívoca sin lo cual no serían lo que
son. Por ello, aunque reducido a lo esencial, queda claro en todo momento
lo que son. Para representar los objetos «tipo» de manera objetiva y
permanente, y no a través de la subjetividad del pincel, se recurre a lo que
parece un ensamblaje. Los cuadros están formados por diversos materiales
cotidianos que se pegaban o clavaban a la tela.
En 1912 se separa de Fernande Olivier y conoce a Eva (Picasso
la llama así aunque no es su nombre real, también la llama Ma Jolie). Muere su
padre en 1913 y estalla la I Guerra Mundial. En 1916 muere Eva. Entra en una
atmosfera de pesimismo general.
Viaja a Italia en 1917 lo
que provoca una vuelta al naturalismo y colabora con el ballet Diáguilev. En
1918 se casa con la bailarina Olga Koklova. Sigue desarrollando el cubismo y
paralelamente hace incursiones en el puntillismo, aparecen las voluminosas
figuras que recuerdan a Pompeya (Grandes bañistas) y realiza retratos y
Arlequines. Es tal vez la época más ecléctica y experimental. El taller será el
espacio donde desarrolla toda esta experimentación. A partir de los años de
1920, el tema del taller se convierte en el centro de la creación artística de
Picasso.
El taller de
Picasso es campo de pruebas y hogar donde da rienda suelta a la creación, así
como a su pasión por las mujeres que le acompañan a lo largo de su vida.
Estos entornos resultan determinantes; en todos ellos, por ejemplo, hacía un frío
terrible y el artista llegó a quemar dibujos para entrar en calor. En sus
conversaciones con Brassai, afirmaba: “puedo decirle una cosa: el frío
estimula, nos pone en movimiento. Trabajamos para calentarnos y nos calentamos
trabajando”
Vaso y pipa o Pipa, vaso y antifaz, ambos de 1918,
y realizados con óleo y arena, son muestra de la experimentación abstracta de
este periodo. Aunque Picasso nunca llega a la abstracción, siempre hay un motivo,
y cuando ve que se queda sin salida, cambia.
Durante el verano de
1919, que el artista pasó en Saint-Raphaël, trabaja en una serie de bodegones
que combinan el lenguaje naturalista —el del paisaje que se atisba a través de
las ventanas que utiliza como fondo—, con el cubista —el de la naturaleza
muerta—. Tal es el caso de Naturaleza muerta frente a un balcón con
puerta y llave, de 1919 y de Guitarra y mesa delante de una ventana.
Introduce color debido, tal vez, a la influencia italiana (viaje en
1917).
Las naturalezas muertas
de estos años insisten en los motivos de la vida cotidiana como el
velador, los instrumentos musicales o el papel pintado. Su obra ofrece
múltiples puntos de vista sobre el mismo objeto, plasmando diferentes planos
sobre la tela, como ocurre en Guitarra y partitura, 1920. Se
elimina la posibilidad de que estos objetos sean observados desde un único
ángulo, del mismo modo que el artista ha evitado esa representación única.
Naturaleza muerta con busto, de 1925, es una de las grandes obras de esta
etapa, ya que supone un verdadero cambio de rumbo en la evolución del artista.
En este lienzo el motivo clásico convive con la novedad del cubismo, un
lenguaje que a priori rompe con la tradición y se funde en armonía con la
sencillez y tradición de la cabeza. El lenguaje cubista da paso al clasicista
como en Velador delante de un balcón (1919) es un ejemplo de cómo el
cubismo da paso al clasicismo, estilos que Picasso utilizará indistintamente a
partir de estos momentos.
La modelo en el taller: entre el clasicismo y el
surrealismo
La vuelta al
clasicismo de Picasso tiene lugar en los años veinte, tras el viaje que
hace a Italia en 1917 para realizar los decorados del Ballet Parade junto a
Diáguilev. En 1925 sufría una gran crisis en su relación con Olga. Había nacido
ya Paul, su primogénito al que quería mucho y que siempre estuvo a su lado. Hay
agresividad en las obras de esos años. También muere Juan Gris y su amigo Ramón
Pichot se suicida.
En 1927 conoce a Marie-Thérèse
Walter, que se convertirá en su amante más joven (17 años) y entregada, y
le dotará de una pasión y una vitalidad renovadas. MT personificará,
en sus obras, la pasión y vitalidad juvenil del artista. Surge entonces una
nueva figuración femenina: las formas curvilíneas y voluptuosas de la mujer
adoptan diferentes identidades, se convierten en sinuosos bodegones en el
taller, en un sinfín de paisajes interiores y exteriores en el que el artista
la recrea. Lo redondeado de las formas también es una contraposición al
carácter afilado y rígido de Olga. Erotismo.
A partir de este momento,
Picasso alternará formas clásicas y cubistas, también surrealistas,
creando un estilo absolutamente propio. En 1924 el surrealismo culmina
su ideario y Picasso se ve influenciado
porque tiene relación estrecha con algunos (Breton) aunque nunca llegó a hacer
una obra puramente surrealista. Eran ellos quienes reivindicaban su obra aunque
Picasso sigue su camino. No los necesitaba pero ellos a él sí, el poder en el
mundo del arte de Picasso ya era enorme.
En junio de 1930, Picasso
compra el chateâu de Boisgeloup, al noroeste de París. Allí comienza a esculpir
en piedra grandes figuras femeninas de formas redondas y aspecto primitivo
y voluptuoso que también serán trasladadas al papel y al lienzo; tal es el caso
de Joven
con mandolina (Marie-Thérèse), de 1932 o de El pintor y su modelo
(1932-1937).
Estas obras culminan en
las cien estampas conocidas como la Suite Vollard, que realizó para el
marchante del mismo nombre entre 1930 y 1937, en las que el tema del taller del
escultor y del artista y su modelo resulta fundamental. Obra maestra del grabado. Minotauromaquia, alter ego
y representación de su situación con las mujeres. También político. En estos momentos trabaja en su taller del
castillo de Boisgeloup. Allí vuelve a ser feliz y se refleja en su obra.
Inspirado por MT.
Picasso insiste y trabaja
en esta idea durante toda la década de 1930. La modelo sale y entra del taller,
en ocasiones descansa tendida al sol – Mujer tendida al sol con las piernas cruzadas,
1932 - y en otras deja caer la cabeza mientras sus formas monumentales son
desmenuzadas por el pintor, El taller, 1934.
El taller se convierte en
el laboratorio en el que Picasso busca nuevas fórmulas que sintonicen sus
experimentaciones cubistas con el clasicismo de los últimos años y las nuevas
actitudes que el surrealismo le sugiere. En 1935 Marie-Therese está embarazada
de Maya y eso precipita su ruptura con Olga. En 1936 estalla la Guerra
española. Es la peor época de su vida según él dijo.
A partir de la
guerra, la nueva atmosfera española y
europea se refleja en su pintura. En Mujer en un sillón rojo, 1939, se
aprecia el cambio, es una mujer pensativa, retrospectiva y las formas ya no son
dulces y sinuosas como en las obras de MT sino agresivas y afiladas. También la
paleta de color cambia. Picasso y Dora Maar se conocen en 1936, ella tiene 29
años y él 55. Los presenta Paul Eluard con el que tenía estrecha amistad.
Picasso ya era famoso y muy rico. Ella documenta gráficamente la creación del Guernica. Al estallar la Guerra el
gobierno de la república al que Picasso apoyó lo nombra director del museo del
Prado y aunque no ejerció el cargo se ocupó de que las obras estuvieran a salvo
durante la contienda.
Las metamorfosis en tiempos de guerra.
A raíz del estallido de
la Guerra Civil española, el ánimo de Picasso decae aunque se aleje del relato
explícito de la contienda. Él siempre fue pacifista incluso cuando eso
era considerado una traición. En 1937 encuentra un nuevo estudio en la Rue des Grands-Augustins,
donde Balzac había situado el escenario de La obra maestra desconocida con cuyo protagonista Picasso se sentía
muy identificado desde Las señoritas de
Avignon. Allí crea uno de los testimonios más descarnados de la guerra y
una de sus obras emblemáticas: Guernica, 1937. Realizada en apenas
dos meses, la obra simboliza el dolor y sufrimiento de una nación destruida por
la lucha fratricida, así como su propio rechazo ante la violencia
desencadenada.
Las naturalezas
muertas reaparecen en su obra, al igual que había sucedido en los días
precedentes a la Primera Guerra Mundial con los bodegones cubistas. Naturaleza
muerta con paleta, vela y cabeza de Minotauro, 1938, remite
directamente a Guernica al citar la luz de la vela reflejada en las paredes y
la cabeza del Minotauro, retomando ese motivo clave que empleó en la obra
dedicada a la guerra. Luego lo pintará en rojo, sangre. Son resultado directo
del Guernica y de su estado de ánimo. Mueren su madre y Ambroise Vollard.
Los cráneos y los puerros
pueblan otras composiciones; pinturas tan importantes como Cráneo de toro, frutas y jarrón,
1939, es un buen ejemplo de las vanitas que realiza en estas fechas, que son de
amplia tradición española y nos devuelven a maestros como Zurbarán o Sánchez
Cotán. Falta de materiales durante la II Guerra Mundial en el sur de Francia…escultura.
Ausencia de color.
Son años muy malos
en Europa y Picasso apoyó como pudo a la resistencia pero estaba estrechamente
vigilado por la Gestapo y dio postales del Guernica
a los nazis diciendo Souvenir! Souvenir! Un
oficial le pregunto viendo el cuadro, esto lo ha hecho usted y él respondió:
“No, no…lo hicieron ustedes”. Algunos colegas lo acusaron ya que despertó
muchas envidias. Tras la liberación de Francia recibió el reconocimiento del
mundo artístico en el Salón de Otoño que hasta entonces sólo habían recibido
pintores franceses.
La vuelta al Mediterráneo: parodia del arte
A finales de los años
cuarenta y principios de los cincuenta, Picasso pasa los veranos en la Costa
Azul.
En 1943 conoce a Francoise
Guillot y se aleja de Dora y MT poco a poco. Tiene con ella a sus hijos
Claude y Paloma. En 1953 Francoise lo
abandona y en 1954 conoce a Sylvette con la que establece una corta
relación platónica y cuya cola de caballo retratada por Picasso se pone de
moda. Aparece Jaqueline Roque con la que ya convive en 1955. Es el
momento álgido del expresionismo abstracto y de Pollock pero Picasso
nunca se dejó influir en contra de su voluntad.
En el verano de 1946
Picasso emprende un gran viaje a Ménerbes, Cap d'Antibes y, finalmente, a
Golfe-Juan. En Vallauris visita a Georges y Suzanne Ramié, dueños del taller de
cerámica Madoura. A sus 65 años, Picasso comienza a interesarse por esta
disciplina. Tras comprar varios locales vacíos de una antigua fábrica de
perfumes en la Rue du Fournas, en Vallauris, trabaja la cerámica: el motivo del
pintor y la modelo puebla estas piezas. La cerámica y muchas de las figuras de este período expresan alegría y
felicidad, reflejan el amor por la naturaleza, el mar, la playa, el aire, la
arena. De forma paralela realiza obras completamente distintas, irónicas y
amenazadoras.
Esos mismos años, en 1953
tras su separación de Françoise Gilot,
realiza una serie de ciento ochenta dibujos de nuevo en torno al tema del
pintor y la modelo. Esta suite —publicada al año siguiente por Tériade en
Verve, con el prefacio de Michel Leiris titulado "Picasso y la comedia
humana o las aventuras de Gros Pied"— recrea de modo casi obsesivo la
relación entre el artista y la modelo, y por extensión la del artista
con la pintura. El pintor ya no es
aquel escultor de la Suite Vollard
que se solaza y ríe; la vejez ha hecho su aparición y la reflexión sobre el
paso del tiempo es un motivo más en las obras de este período. Es una reflexión
sobre el paso del tiempo ya que en esa época desaparecen muchos de sus amigos (Eluard,
Derain, Leger, Matisse). Reflexión nada complaciente sobre el amor y el deseo
en la vejez. Para Picasso la mujer era sobre todo fuente de enrgía.
En 1955, Picasso compra
la villa Belle Époque La Californie
seducido por las vistas a la bahía de Cannes. Por aquellas fechas inicia una
serie de obras inspirado por el perfil de su nueva compañera, Jacqueline Roque. Desde finales de
octubre hasta abril de 1956 trabaja en varios "paisajes interiores"
que muestran el interior de La Californie
vista bajo los distintos tonos de luz a lo largo del día y en los que la figura
de Jacqueline tiene un protagonismo cambiante.
En algunos, su figura
centra la composición —Mujer en el taller (Jacqueline Roque),
1956—; en otros, son las grandes ventanas, vistas como vidrieras de una
iglesia, las que protagonizan la composición, como en El taller, 1955.
Desde mediados de verano
de 1957 Picasso se traslada a las habitaciones del piso superior de su
nueva villa, hasta el momento deshabitadas, para poder trabajar con
tranquilidad. Desarrolla dos temas a la vez: por un lado retrata aquello que le
rodea, como los pichones que vivían en el palomar levantado por él
mismo. Por otro, trabaja en una nueva serie con cerca de cuarenta y cinco
variaciones en torno a Las meninas de Diego
Velázquez (1656), producidas en menos de seis meses entre el verano y el
invierno de ese año. Picasso conocía Las
Meninas desde que visitó Madrid con 14 años y desde entonces era uno de los
cuadros que más admiraba por su perfección compositiva y lumínica. Es una vez
más el tema del pintor y su modelo y en un mes y medio pintó la serie de 58
óleos de Barcelona. Va cambiando el formato, realizando estudios de las figuras
y otorgando cada vez más importancia a la figura del pintor. Trastoca el orden
social para atribuirse el papel rector, el de Velázquez y el marco de la
realeza queda desprovisto de majestad. Fue una serie que ocupó la totalidad de
su tiempo mientras estuvo dedicado a ella, al contrario de lo que hacía
habitualmente que alternaba ocupaciones.
El pintor y la modelo – 1961-1972
En septiembre de 1958,
cansado de las numerosas construcciones que se levantaban en torno a la bahía
de Cannes y de la afluencia turística, Picasso compra el château de
Vauvenargues, un castillo del siglo XIV remodelado en el XVII, ubicado en
las faldas del monte Sainte-Victoire (Lugar donde había trabajado Cezanne casi
toda su vida). Solo tres años después, sin embargo, traslada su residencia a
Notre-Dame-de-Vie, una finca en el flanco de una colina de Mougins, donde
residirá hasta su muerte en 1973.
Durante ese período
Picasso retoma algunos de los temas esenciales de su producción, y
especialmente el del pintor y la modelo, que será el motivo central del Cuaderno
1097, realizado entre el 17 y el 23 de enero de 1964. En esta época
continúa trabajando con el frenesí de siempre pero ahora con mayor libertad que
nunca y su vida social se va reduciendo bastante. Sus amigos van desapareciendo
y se centra en su obra más que nunca.
En estos dibujos domina
la línea, las formas se han simplificado y parecen realizados de forma rápida,
a vuela pluma. El estudio sigue siendo el lugar en el que se representa la
escena en la aparecen el pintor y su modelo, y continúa teniendo ese peso
específico de ser el lugar donde se desarrolla la obra y la vida.
Sobre 1968 realiza varias
series de altísimo contenido erótico como la de Rafael y La Fornarina,
los mosqueteros, Celestinas, Baco, viejos mirones. Tenía 87 años pero está más
activo que nunca. La serie fue censurada en varias ocasiones. Celebra sin
vergüenza la condición humana. También realiza cuadros de besos y abrazos en
esta época. Él mismo decía: “Hay
que saber ser vulgar”. Se traduce en un torrente incontenible de pinturas,
dibujos y grabados que exaltan el cuerpo de la mujer y el placer de la relación
sexual. Las convenciones le traen sin cuidado y la libertad supera al buen
gusto hipócrita dando lugar a un exhibicionismo reforzado por el voyerismo.
Su principal modelo en
esta época es Jaqueline de la que hace incontables retratos, más 70 solo
en 1962. Mucha actividad artística en diferentes técnicas como cerámica y
linóleo además de pintura. Exposiciones retrospectivas de su obra en los mejores museos con mucho
éxito y afluencia de público (Londres, Los Ángeles, Nueva York, Tokio, París,
etc.) aunque Picasso no las visita.
En esta época sigue dando
su versión particular de los maestros antiguos. Hace versiones de la Merienda campestre de Manet (1960-1962)
y El rapto de las Sabinas de J.L.
David (1963). También del cuadro de Delacroix Mujeres de Argel. Curiosamente en todos estos cuadros hay una
representación del desnudo femenino en diferentes puntos de vista artísticos.
Algunas son monocromáticas o con colores contrastados, y con independencia del
tratamiento figurativo o cubista, todas mantienen siempre una atmósfera erótica
más metafórica que la de sus predecesores.
La relación del
artista con su modelo aparece ahora como una reflexión nada complaciente
del amor en la vejez. Un pintor es un mirón, un voyeur. Le distingue esa
intensa observación de lo ajeno. Lo fueron Rafael y Rembrandt, Degas,
Delacroix, Manet; también lo es Picasso.
Así lo vemos claramente
en El
pintor y su modelo, obra realizada en 1963, donde los ojos aparecen
desproporcionadamente grandes y destacados, más incluso en la representación de
la modelo que en la del artista trabajando. También en Cabeza de hombre y desnudo
sentado de 1964.
En esta línea hay tres
subtemas: el pintor y su modelo, el pintor trabajando y la confrontación
hombre-mujer, que giran en torno a la intensidad de la mirada y la
representación del acto de pintar. Son lienzos hechos rápidamente, con gran
economía de medios, en los que los detalles anatómicos y los rasgos están
señalados con puntos y pequeños trazos. Son suficientes para transmitir toda la
intensidad de la escena.
La mirada acerca al
pintor al objeto que elije observar, que en este caso es la modelo. Pero el
artista también necesita distancia para poder representar lo que observa. En
ocasiones atisba a la modelo desde fuera del taller; otras, parece entregado a
la exaltación creadora, representándose a sí mismo como un anciano o como un
joven, resistiéndose a la realidad temporal a la que todos los humanos,
artistas y no artistas, están sometidos.
La modelo es más que una
modelo posando: realmente es una mujer que se ofrece a los ojos del artista. Es
una ofrenda para su mirada, para su observación; una figura de la que
también terminará apoderándose el tiempo, pues, a fin de cuentas, la mujer que
Picasso pinta es una creación de su mirada en su taller, con sus pinceles.
En el taller se producen
todas las variaciones sobre este tema, conteniendo siempre sus elementos
fundamentales: la paleta, la modelo, un cortinón que enmarca el espacio y, por
supuesto, el propio Picasso.
A lo largo de toda su
trayectoria, el artista ha ido identificándose con muchos de los personajes
que representa en sus obras. El escultor de la Suite Vollard, el minotauro, el
bufón… El voyeur es ahora un pintor viejo y la modelo se ha convertido en un
“monstruo”. El tiempo ha hecho su trabajo y la mirada se ha convertido en
testimonio de ese tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario