LAS ARMAS Y LAS LETRAS
Después de reiterarse este título en las recomendaciones
de amigos con los que comparto gustos literarios; saber, que fue la primera
edición de este libro la que ayudo a resucitar literariamente al autor Chaves
Nogales, fue quizá la razón más determinante para decidirme a leerlo.
Casualmente, unos días después de comprarlo tuve la oportunidad de conocer a su
autor, Andres Trapiello, en un encuentro literario en el Café Gijón organizado
por Sanchez Dragó. Su genuina humildad, su erudición y su sentido del humor me
conquistaron. Recomiendo especialmente la lectura de su blog: “Hemeroflexia”.
La obra es un manual de la
literatura concebida durante y sobre la guerra civil española. Un momento histórico
terrible, sin embargo una época dorada en cuanto a la coexistencia de un alto número
de intelectuales y escritores ilustres. La generación del 98, la del 14 y la
del 27, entre muchos otros artistas incatalogables, vivieron de distinta manera
y desde distintas posiciones la sublevación de los rebeldes y el estallido de
la guerra civil. Muchas de las posiciones de los protagonistas de la obra vinieron
determinadas por el lugar en que les sorprendió la guerra. Otros muchos fueron
utilizados como voceros y herramientas de propaganda por ambos bandos.
Trapiello realza la valía , y sobre todo la valentía , de los
que representaron esa “tercera España”. Esa que encarnaba una tercera vía
entre el fascismo y el comunismo, entre la reacción y la revolución. Liberal y
moderada, no sometida a los extremismos. Todos los escritores que pueden incluirse en este epígrafe,
fueron denostados y perseguidos por ambos bandos. Doblemente castigados por
las masas sedientas de sangre y fuego, e incapaces de empuñar las armas,
lucharon y se defendieron con sus letras. La mayoría de ellos optaron por el
exilio y los que se quedaron se vieron constreñidos a un “exilio interior” igualmente aniquilador.
Tampoco oculta el autor de este ensayo
(aunque es dudosa la calificación de esta obra como tal) la admiración y el
respeto que le causan personajes como Unamuno, Azaña, Antonio Machado, Juan
Ramon Jimenez o Morla Lynch. El capítulo dedicado a Unamuno, recoge el célebre
incidente en el paraninfo de la Universidad de Salamanca con Milan Astray y su inolvidable
“Venceréis pero no convenceréis”.
La descripción de Azaña, a mi
parecer, sin disentir en cuanto a su valía intelectual quizá se
quede algo corta en cuanto a su responsabilidad en los lamentables hechos que precedieron a la
caída de la república y el levantamiento militar.
Entrañable es la historia del trágico
final de Antonio Machado y el viaje que realiza su hermano Manuel hasta
Colliure, para llorar doblemente a su hermano y a su madre que moriría solo días
después de fallecer Antonio.
La otra cara de la moneda la
representan Alberti, Teresa Leon, Cela, Gimenez Caballero o Pablo Neruda , entre
otros personajes, a los que resulta imposible ver con los mismos ojos tras leer
las anécdotas recogidas en el libro y que ponen de manifiesto ( asumiendo que
tales historias sean ciertas) su mezquindad e impostura durante la guerra civil.
Muy interesante el capítulo dedicado
a los escritores que el camino del exilio condujo hasta Paris, ciudad que acogió a Pio Baroja,
Ortega y Gasset, Gregorio Marañon, Menendez Pidal y Perez Ayala entre otros
muchos ilustres españoles. Es de un interés histórico importante
la ambigüedad política de estos intelectuales que, a pesar de representar el máximo
exponente de los valores liberales y haber sido defensores de la llegada de la república, llegaron a manifestar su simpatía por el General Franco ( curioso es el dato que muchos de ellos tenían algún hijo luchando con el bando nacional.); no sabemos si debido a un cobarde oportunismo o a un sincero convencimiento
de que en dicho momento un régimen militar era la única salvación para una
España convulsa y maltrecha tras los nefastos últimos años de la república. Quizá la respuesta este en el discurso de Ortega en la opera de Madrid en el 31 y su famosa afirmación " No es eso, no eso" en clara alusión al declive republicano.
El libro no escatima en datos,
desempolva la obra de cientos de autores que cayeron injustamente en el olvido,
como Clara Campoamor o Chaves Nogales y un largo etcétera. En una época en las
que los ideales extremos y la política intentaron acallar la fuerza y la
belleza de la poesía pura, este manual nos recuerda que el arte como expresión del
espíritu es inexpugnable.
Retumban en mis oídos las palabras de Machado, que sintetizan magistralmente el pensamiento de los que han sido encumbrados como vencedores morales de aquella guerra fratricida:
Retumban en mis oídos las palabras de Machado, que sintetizan magistralmente el pensamiento de los que han sido encumbrados como vencedores morales de aquella guerra fratricida:
“Quizá, después de todo, nunca aprendimos a hacer la guerra. Además carecíamos
de armamento. Pero no hay que juzgar a los españoles demasiado duramente. Esto
es el final; cualquier día caerá Barcelona. Para los estrategas, para los políticos,
para los historiadores todo está claro: hemos perdido la guerra. Pero
humanamente, no estoy tan seguro….Quizá la hemos ganado”.
Si en el colegio nos enseñaran a
estudiar la historia de la literatura de la forma en la que nos la presenta
Andres Trapiello, quizá resurgiría el amor a las letras en un país que parece
no valorar su inestimable patrimonio cultural y literario. “Somos” en gran medida por lo que
“fuimos”, por eso es fundamental conocer nuestra historia y disfrutar de nuestra literatura.
Violeta
2 comentarios:
"hemos perdido la guerra. Pero humanamente, no estoy tan seguro….Quizá la hemos ganado”.
Quizá son estas palabras de Machado las que resuman la situación de confusión y ambiguedad en las mentes de tanta gente de aquella época de contienda. Una guerra civil, en sí, es siempre compleja: tácticas y estrategias subterraneas y emociones fuertes en la superficie hacen inestable el terreno a pisar.
Trapiello lo expone de una manera extraordinaria y nos lo hizo llegar a muchos gracias a su libro.
El comentario que haces de este libro, lo bordas. Me gusta mucho y resumes magistralmente su contenido.
Tu reflexión con la que terminas debería estar en la entrada de los centros de enseñanza. Lo comparto absolutamente.
Felicidades por el buen trabajo, Violeta.
Juan, eres demasiado generoso conmigo!!! Por cierto en esta reseña te menciono implícitamente, pues fue siguiendo tu recomendación que incluí este libro entre mis pendientes, por tanto debo agradecerte. Un fuerte abrazo y gracias
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